La enésima pantomima loperiana

Rememorando a los clásicos costumbristas españoles, el teatro popular y de enredo de primeros de siglo, acompañado de su habitual puesta en escena chabacana y burlesca, estos días hemos asistido a la enésima pantomima del dictador del Betis. Con los años, la costumbre de mentir, burlar y engañar al beticismo, se ha ido perfeccionando hasta crear un estilo propio, depurado, sublime, excelso.

El señor Lopera (dicho sea lo de señor como mera costumbre coloquial), trata de tomar el pelo a los béticos con la auto venta del auto paquete de auto acciones que auto compró en el ya mítico 92, pensando que, como de costumbre, vamos a creer a pies juntillas lo que salga de su boca venenosa. Se acabó, nunca más. Hemos de dejar bien clarito que ya no se nos toma el pelo, que la afición del Betis ha recuperado el uso de razón que nos secuestraron hace 16 años, que hemos madurado al sol de las mentiras, de las patrañas, del saqueo de nuestro club, de las tontas, del 8,5% de Encadesa, de los contratos de Tegasa, de los fichajes inflados para beneficio de Farusa.

Los béticos tenemos la oportunidad de honrar a nuestros padres, a nuestros abuelos y a quienes nos legaron un Betis humilde y popular, pero digno y decirle al dictador que hasta aquí hemos llegado, que vamos a movilizarnos y a luchar por lograr que los caminos de Lopera y del Betis se separen de forma total y definitiva. Se lo debemos a ellos y, sobre todo, a nuestros hijos, quienes verán con orgullo la obra de sus padres y su grito de guerra: “Viva el Betis Manquelopera”.

Penibético