Entraba en los Cálculos…

…de Don Francisco Chaparro perder este partido. Tal y como lo leen. Así lo dijo en la rueda de prensa posterior al incalificable espectáculo que nos brindó el pasado domingo el Betis. Y digo incalificable, porque uno rozaría el código penal en su afán por adjetivar tanto la actuación de 8 ó 9 presuntos futbolistas que saltaron ayer al campo, como del técnico de Triana.

Este equipo, señor Chaparro, le viene muy grande. Mucho. Usted ha jugado con fuego desde que se hizo cargo del Betis el año pasado, alternando partidos muy respetables con espectáculos dantescos y ridículos que mejor no recordar. Su Betis no juega a nada, no sabe a quién tiene que buscar, carece de referentes, adolece de una incapacidad absoluta de mover el balón, no tiene ideas…y, encima, para más INRI, todos los domingos la misma bromita de Casto en la portería, Arzu donde sea y Capi por decreto. Este último, con la clara misión de estorbar el poco juego que creaban los dos fichajes tan maravillosos con los que Don Manué nos obsequió en julio y que dejaban claro lo buenísimo que es el sujeto, según sus propias palabras lisonjeras.

No todos los años vamos a tener la inmensa fortuna de encontrar a tres equipos peores que el nuestro. Además, aunque tarde, tenemos buenos mimbres; el equipo inicial no puede pasar apuros si se impone la lógica y los alinea a todos a la vez y a todos en su sitio, pero, si como me temo, se sigue empeñando en poner a tres de los peores jugadores de la plantilla, a Juande de Extremo, a Emaná a jugar por detrás de la zona de creación y a pegar balonazos anárquicos como de costumbre, volveremos a pasarlo mal. Muy mal.

Genios como Cruyff, capaces de sacar a un Pedrito y de poner a un defensa a jugar de delantero centro, se cuentan con los dedos de una mano y usted no está entre ellos. Esas obstinaciones con determinados jugadores no son genialidades, sino errores. Y ya sabemos qué es perseverar en el error.

Durante muchos minutos, debido a las bajas y a la planificación lamentable, en el campo estuvo el equipo que el año pasado usted aseguró que dejaría entre los ocho primeros. Desde Jabugo, que recuerdan muy bien esa bravuconada, le van a pedir que nos meta en competición europea como poco. Yo no le voy a pedir tanto, fíjese, le voy a pedir, tan sólo, que no pasemos apuros, que nos dé una alegría en el derby (en los dos, si puede ser) y que ponga a los jugadores en su sitio. Y, eso sí, le voy a exigir que la próxima vez que se le pasepor la cabeza insultar la inteligencia de esta afición asegurando que en la previsión del entrenador de un club con nuestra masa social, nuestra historia, nuestro palmarés y nuestra grandeza, entra la posibilidad de perder contra un equipo como el Recreativo de Huelva, cuente usted hasta un millón.

Así pues, déjenos clasificados en zona templadita para que el año que viene, si vuelve a sonar la flauta y se traen buenos fichajes, le sustituya un entrenador capaz de devolvernos a donde nos merecemos.